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El peso mexicano es una de las monedas más fuertes del mundo en lo que va del año. Ha subido más de un 8% frente al dólar estadounidense, alcanzando su mejor nivel desde febrero de 2020. Se pronostica que en los siguientes días siga rompiendo y baje de los 17 pesos por dólar. De hecho, se ha apreciado hasta comparándolo con el Euro, la libra inglesa y el yuan chino. Algunos lo llaman el “superpeso”, pero ¿qué hay detrás de este fenómeno? ¿Podrá mantenerse así por mucho tiempo? Aquí te lo explicamos con un poco de humor y creatividad.

Los factores que impulsan al peso

Según los expertos, hay varios factores que explican la fortaleza del peso mexicano. Estos son algunos de ellos:

El fujo de dólares. México recibe muchos dólares por sus exportaciones, sobre todo de manufacturas, que se han beneficiado de la recuperación económica de Estados Unidos, su principal socio comercial. También recibe muchos dólares por las remesas que envían los mexicanos que trabajan en el extranjero, que han batido récords históricos. Y recibe muchos dólares por la inversión extranjera directa, que ha financiado con creces el déficit externo del país¹³⁶. Con tantos dólares entrando al país, el peso se aprecia.

Las tasas de interés. México tiene unas de las tasas de interés más altas del mundo, (11.25% anual al 16 de junio de 2023) lo que lo hace atractivo para los inversionistas que buscan mayores rendimientos. El Banco de México ha mantenido una política monetaria restrictiva para controlar la inflación, mientras que la Reserva Federal de Estados Unidos ha mantenido una política monetaria expansiva para estimular la economía²⁴. Esto genera un gran diferencial de tasas entre ambos países, que favorece al peso.

Las expectativas del mercado. Los mercados funcionan con anticipación. Si los inversionistas esperan que el peso se fortalezca, compran más pesos y venden más dólares, lo que hace que el peso se fortalezca. Y viceversa. En este momento, hay expectativas de que el Banco de México suba más las tasas de interés para contener la inflación, mientras que la Reserva Federal suba menos las tasas de interés para no frenar la recuperación²⁴. Esto hace que el peso se vea más fuerte frente al dólar.

Las finanzas públicas y externas. México tiene unas finanzas públicas y externas relativamente sanas, lo que le da confianza a los inversionistas. El gobierno ha mantenido una postura fiscal estricta, evitando un mayor endeudamiento público. El país tiene un superávit comercial, es decir, exporta más de lo que importa. Y tiene suficientes reservas internacionales para hacer frente a posibles choques externos¹⁶. Todo esto hace que el peso sea más resistente.

Los riesgos que amenazan al peso

Sin embargo, no todo es color de rosa para el peso mexicano. También hay algunos riesgos que podrían debilitarlo en el futuro. Estos son algunos de ellos:

La inflación. La inflación es el aumento generalizado y sostenido de los precios. México tiene una de las inflaciones más altas del mundo, superando el 6% anual en mayo. Esto erosiona el poder adquisitivo de los consumidores y reduce la competitividad de los productores. También obliga al Banco de México a subir más las tasas de interés, lo que encarece el crédito y frena el crecimiento. Y puede generar expectativas de devaluación del peso, lo que hace que los inversionistas lo vendan²⁴. Todo esto hace que el peso se debilite.

La política. La política es un factor que siempre influye en el comportamiento de las monedas. México tiene un gobierno de corte populista, que ha generado incertidumbre y desconfianza entre algunos sectores económicos y sociales. Algunas de sus decisiones, como la cancelación del aeropuerto de Texcoco, la reforma eléctrica o la consulta popular para enjuiciar a los expresidentes han sido cuestionadas por su impacto económico, legal y social. Además, el país enfrenta un proceso electoral en 2024, que podría generar más volatilidad e inestabilidad. Todo esto hace que el peso sea más vulnerable.

El peso mexicano es una moneda fuerte, pero no invencible. Tiene factores que lo impulsan, pero también riesgos que lo amenazan. Es difícil predecir su comportamiento futuro, pues depende de muchos elementos internos y externos. Lo que sí se puede hacer es estar atentos a las señales del mercado y a las decisiones de las autoridades. Y, sobre todo, no confiarse demasiado del “superpeso”, pues como dice el refrán: “No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista”.