El dengue es una enfermedad viral transmitida por mosquitos, específicamente por el Aedes aegypti y, en menor medida, el Aedes albopictus. Este virus pertenece a la familia Flaviviridae y es endémico en regiones tropicales y subtropicales del mundo. La infección por dengue puede variar en severidad, desde una enfermedad leve hasta una fiebre hemorrágica grave que puede ser fatal.

Tipos de Dengue

Existen cuatro serotipos del virus del dengue, designados como DENV-1, DENV-2, DENV-3 y DENV-4. Cada serotipo es distinto, y una persona puede infectarse con cada uno de ellos en diferentes momentos de su vida. Una infección por un serotipo brinda inmunidad de por vida contra ese serotipo específico, pero solo inmunidad temporal contra los otros tres. Las infecciones secundarias con un serotipo diferente aumentan el riesgo de desarrollar formas graves de la enfermedad, como el dengue grave o el dengue hemorrágico.

Contagio del Dengue

El dengue se transmite a los humanos a través de la picadura de mosquitos infectados. El ciclo de transmisión incluye los siguientes pasos:

1. Un mosquito pica a una persona infectada con el virus del dengue.
2. El mosquito se infecta y después de un periodo de incubación en su organismo, puede transmitir el virus a través de su picadura.
3. El mosquito infectado pica a una persona sana, transmitiendo el virus.

No se transmite directamente de persona a persona.

Personas Propensas a Contraer Dengue

Cualquier persona expuesta a las picaduras de mosquitos Aedes puede contraer dengue, pero ciertos factores pueden aumentar el riesgo:

• Viajantes y residentes de áreas endémicas: Las personas que viven o viajan a regiones tropicales y subtropicales están en mayor riesgo.
• Inmunidad previa: Aquellos que han tenido una infección por un serotipo del dengue tienen un mayor riesgo de dengue severo si se infectan con otro serotipo.
• Entornos urbanos y periurbanos: La densidad de población y la presencia de agua estancada facilitan la proliferación del mosquito Aedes.

Climas Propensos al Dengue

El dengue es prevalente en climas tropicales y subtropicales, particularmente en áreas urbanas y semiurbanas. Los mosquitos Aedes aegypti y Aedes albopictus prosperan en estos climas debido a las siguientes condiciones:

• Temperaturas cálidas: Facilitan la reproducción y el ciclo de vida del mosquito.
• Alta humedad: Favorece la supervivencia de los mosquitos.
• Precipitaciones abundantes: Crean ambientes ideales para la proliferación de larvas de mosquito en aguas estancadas.

Prevención del Dengue

La prevención del dengue se centra en el control de los mosquitos y la protección contra sus picaduras:

• Eliminación de criaderos: Reducir los recipientes que puedan acumular agua, como macetas, llantas y recipientes desechados.
• Uso de repelentes: Aplicar repelentes de insectos en la piel y ropa.
• Instalación de mosquiteros: Colocar mosquiteros en ventanas y puertas para evitar que los mosquitos entren en los hogares.
• Ropa protectora: Usar ropa de manga larga y pantalones largos.
• Fumigación: En áreas de alta transmisión, la fumigación puede reducir temporalmente la población de mosquitos.

Tratamiento del Dengue

No existe un tratamiento antiviral específico para el dengue. El manejo de la enfermedad se enfoca en aliviar los síntomas y prevenir complicaciones graves:

• Dengue sin signos de alarma:
• Reposo.
• Ingesta adecuada de líquidos para prevenir la deshidratación.
• Analgésicos y antipiréticos, como el paracetamol, para controlar la fiebre y el dolor. (Evitar aspirina y AINEs por riesgo de sangrado).
• Dengue con signos de alarma:
• Monitoreo cercano en un entorno hospitalario.
• Terapia de fluidos intravenosos para mantener la hidratación y equilibrio electrolítico.
• Dengue grave (fiebre hemorrágica del dengue):
• Atención hospitalaria intensiva.
• Terapia de fluidos y electrolitos intravenosos para tratar el shock.
• Transfusiones de sangre en casos de sangrado severo.
• Monitoreo constante de signos vitales y pruebas de laboratorio para gestionar complicaciones.

Conclusión

El dengue representa un desafío significativo para la salud pública en muchas partes del mundo. La comprensión de su transmisión, la identificación de personas y climas en riesgo, junto con las estrategias preventivas y los métodos de tratamiento adecuados, son fundamentales para reducir la carga de esta enfermedad. La colaboración entre autoridades de salud, comunidades y organizaciones internacionales es crucial para el control y la eventual erradicación del dengue.